DE LA INMACULADA Y DE SU CORAZÓN - JUNIO 1946 Saciedad |
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Es tan largo que el mundo funciona. Sin respiro, lanzamos un llamamiento a la inventiva humana ¬ porque la fórmula es segura para la felicidad. Dijeron que los hombres de cada capítulo con el jugo de su pensamiento, con la radio de su ciencia, con el orgullo de su primacía, y, en las calles y lugares de celebración, se convirtió en parte a que cada respuesta, en su bienvenida a los progresos de la tierra espera Dì más pan, las más bellas casas, sus patios de recreo y la danza llenan de mí! He dicho a los antiguos paganos, con dos palabras: «Pan y Circo”! El mundo y las promesas no mantenidas, y ha generado una clase de espíritus descontentos y agotado. En cambio, el Corazón del Redentor dijo: “O ustedes que están cansados y sufren vengan a mí y yo de descanso!” Muchos llegaron y se sentían comprendidos y más relajada sin potersene desconectar. Uno de los muchos que gozan de la luz después de la oscuridad y el poder después del pecado, dijo, con absoluta certeza: “Oh Dios, que has hecho por ti, y nuestro corazón está inquieto sintanto que no plantea en ti.” Muchos llegaron, y uno de esos muchos despojado por el egoísmo y el egoísmo del mundo saludó a la alegría viene del corazón de Dios con palabras adorable pasado la venerable historia de lo divino: “Finalmente, puedo decir:” Padre nuestro que estás en el cielo Cuando un hombre se siente descansado únicamente en Dios, cuando otro se encuentra la alegría en el sentido de la paternidad de Dios y cuando el más grande y más puro sentimiento de nostalgia con la superioridad de estos hombres y seguir su ejemplo y su sentir la comodidad de loto y la búsqueda de la estabilidad de la propiedad, hay que decir que el Corazón de Cristo Rey y el centro de todos los corazones, por lo tanto, es la más alta y sagrada devoción. La criatura más grande a la inteligencia, la pureza y el amor Madon ¬ na, conocía la experiencia de éxtasis y la comprensión divina, y, por lo tanto, pedir a los hombres el medio más eficaz para llamar a pedir el Corazón del Hijo de la fortuna de contar con palabras inmortales: U “Haced lo que Él os diga.” Padre Bonaventura Raschi
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