FROM “DALL'EREMO” – MARZO 1984 |
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Un domingo, por la disposición de las autoridades competentes de la Ciudad de los niños y las niñas en la escuela fueron invitados a pasar unas horas en la “discoteca”. El disco es, o debería ser una colección ordenada de reproducir discos de música y palabras, la música clásica, música moderna, música, ópera, música, canciones, música, danza, etc. Pero es más o menos, como lo fue en un carácter más mundano reuniones de coquetería y valentía que a menudo llega a un estilo de citas que no hay demasiado moral! En la reunión, como s'é mencionado, a lo largo de una parte o la totalidad de lo que se sopraddetto niños y niñas con hoja impresa en que se escribieron una serie de preguntas y, concretamente, los siguientes: - ¿Crees en Dios? - ¿Cree usted en el paraíso? - ¿Crees en el Purgatorio? - Cree nell'Inferno? Una gran mayoría dijo “Es en Dios, está en el Paraíso, no en el Purgatorio, no nell'Inferno. Esta es la música, esta es la canción, este es el baile ... .. reunión en el club ... .. María de Ligorio de: ... .. “Cantar y bailar son en autocar all'Inferno!” Es el entrenador del placer de abuso de la fuerza, o la aplaudida sprezzata luchas amargas en bicicleta, auto, la natación, del boxeo. Es el entrenador del rivincite sexual o la derrota. Es el transporte en coche, la gloria de la política, social o de una religión falsa. Es el entrenador que encarcela, que duele, que mata el cuerpo y el alma. Se trata de un transporte que misteriosa, fabricado en el mundo seguirá estando en manos del “príncipe de este mundo” y que sólo la Iglesia Católica Apostólica y Romana sentía bien y vivía bien con su “alma” que es el Evangelio, luchó hasta el final de la mitad de la “pura” y que es y sigue siendo el medio infalible en su cabeza, por lo que será la victoria. Y esto sólo para comprender que el mundo está en colapso y que los que se puede revivir, como dice el Santo Padre al comienzo de la Redención, con dos palabras: la verdadera Iglesia. Dios da la bienvenida a la Santa Iglesia con su triunfo, con su paz. Padre Raschi
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