DE LA INTERNACIONAL AZUL - MARZO 1949

DIVINA PROPORCIÓN

“La divina proporción” adorado por Leonardo en el estudio de las cosas para jugar ellos, nos gusta mucho, sobre todo porque VERA.

El hecho de que son universales. la divina proporción sentir el ritmo y lo vemos también en las líneas sociales.

Por otra parte, si la naturaleza está viva, la empresa está más animada la naturaleza, es el próximo debido a la naturaleza, sin que la sociedad, la naturaleza, no podrían ser porque no tendría razón de existir.

A favor de que la infinita extensión del mar, la bella y misteriosa vegetaciones, la parte inferior del cielo lleno de inspiración, la armonía de proporciones del cuerpo humano, en que?

La compañía es el alma de todo y para la sociedad está todo listo.
Pero la empresa no es un fin en sí mismo: el hombre es el último paso que domina y dirige mi vida.

Nos tomamos a pecho es la divina proporción en estos tres niveles admirables de la vida: la naturaleza, la sociedad, el hombre. El hombre se duerme en la paz entre los dos cojines: la naturaleza y la sociedad.

El tormento de la vida humana es, precisamente, la rebelión de la naturaleza y la sociedad.

La tarea del hombre es dominar la naturaleza y armonizar la sociedad.
Para ello debe utilizar la obra hasta que el sudor y la fatiga, y, a veces, el poder de la tecnología digital.

La ciencia, la moral y el trabajo duro son el gran campo para crecer y durante mucho tiempo, por lo que, como factor de la moral más alta, es que todo debe conducir.

Organizar el trabajo es para la ciencia, la empresa está abordando la tarea de la moral, la moral es vivir a la oficina de la religión.

Religión de la sol del futuro asegura que todos los planes y las esperanzas humanas.

Tienes que tocar el lugar donde el hombre dirige su negocio y la vida natural de la sociedad

“La divina proporción” en la sociedad es a todos los niños sienten el mismo padre, mis hermanos en la misma naturaleza con sujeción a la misma ley, los herederos de la misma propiedad.

“El mal tiene aquí y allá, se rompió la divina proporción y ha creado las condiciones sociales, para que la gente no se siente emocionalmente y eficaz hermanos.

Es cada vez más arrogante rafferma la necesidad de cultivar con cuidado y prontitud, de lo sagrado de una parcela de la fraternidad universal.

Padre Bonaventura Raschi